La sinuosa carretera de la costa serpenteaba entre los riscos que bordeaban el mar. La Petite Ville era un caserío montañoso y a la vez enclavado en un abrupto acantilado en la costa de Brest, al noroeste de Francia. El cielo, en aquella época del año, estaba casi siempre cubierto, y para cualquier pintor, el contraste que pudiera encontrar en el lugar era nulo, a pesar de la belleza del panorama que se ofrecía, a medida que la carretera ascendía hacia la cima.
Description:
La sinuosa carretera de la costa serpenteaba entre los riscos que bordeaban el mar. La Petite Ville era un caserío montañoso y a la vez enclavado en un abrupto acantilado en la costa de Brest, al noroeste de Francia. El cielo, en aquella época del año, estaba casi siempre cubierto, y para cualquier pintor, el contraste que pudiera encontrar en el lugar era nulo, a pesar de la belleza del panorama que se ofrecía, a medida que la carretera ascendía hacia la cima.