Con los motores dormidos, el submarino se balanceaba suavemente en las aguas temblorosas del océano que iniciaba su despertar. Entre la espesa niebla, la torreta quedaba desdibujada incluso para los dos hombres acurrucados sobre cubierta. Cual sudario de color gris verdoso con vellones cálidos que parecían de lana, la niebla velaba cielo y mar entenebreciendo la hora del amanecer.
Description:
Con los motores dormidos, el submarino se balanceaba suavemente en las aguas temblorosas del océano que iniciaba su despertar. Entre la espesa niebla, la torreta quedaba desdibujada incluso para los dos hombres acurrucados sobre cubierta. Cual sudario de color gris verdoso con vellones cálidos que parecían de lana, la niebla velaba cielo y mar entenebreciendo la hora del amanecer.