Lord John Renshaw, que alzaba en su diestra un vaso, mediado de whisky, hizo una breve pausa, para mirar inquisitivamente a los que le rodeaban. Alto y delgado, de facciones angulosas, demasiado angulosas, quizá, su boca, de labios finos, se plegaba en una mueca irónica y al pronunciar determinadas palabras, parecía escupirlas. Sus dedos eran largos, huesudos. Iba impecablemente vestido, sin una arruga en su oscuro traje, lo que hacía aún más rígida su figura. En el dedo anular de su mano izquierda llevaba un grueso diamante en el que, a ráfagas, se reflejaba la luz de la gran lámpara que iluminaba el amplio salón de la casa de Patricia Holmes.
Description:
Lord John Renshaw, que alzaba en su diestra un vaso, mediado de whisky, hizo una breve pausa, para mirar inquisitivamente a los que le rodeaban. Alto y delgado, de facciones angulosas, demasiado angulosas, quizá, su boca, de labios finos, se plegaba en una mueca irónica y al pronunciar determinadas palabras, parecía escupirlas. Sus dedos eran largos, huesudos. Iba impecablemente vestido, sin una arruga en su oscuro traje, lo que hacía aún más rígida su figura. En el dedo anular de su mano izquierda llevaba un grueso diamante en el que, a ráfagas, se reflejaba la luz de la gran lámpara que iluminaba el amplio salón de la casa de Patricia Holmes.