El juez farfulló: —Y, por lo tanto, os declaro marido y mujer. Los dos únicos testigos —y al mismo tiempo únicos invitados—, que asistían a la boda, se apresuraron a felicitar al novio. —Tú, canalla… ¡arrea! —dijo uno. —Llevas buena compañía para ir al infierno —gruñó el otro. El novio exclamó: —¡Qué finos! —¿Qué esperabas? ¿Qué te hiciéramos un regalo encima? —Hombre, al menos podríais disimular.
Description:
El juez farfulló: —Y, por lo tanto, os declaro marido y mujer. Los dos únicos testigos —y al mismo tiempo únicos invitados—, que asistían a la boda, se apresuraron a felicitar al novio. —Tú, canalla… ¡arrea! —dijo uno. —Llevas buena compañía para ir al infierno —gruñó el otro. El novio exclamó: —¡Qué finos! —¿Qué esperabas? ¿Qué te hiciéramos un regalo encima? —Hombre, al menos podríais disimular.