Sí, amigo, ya se sabe que en este perro mundo, mientras unos se ríen, otros se están muriendo. Nunca suena para todos la misma música. En el momento en que usted pasea sus ojos por esta página, hay quien realiza el ideal de su vida al conseguir un fortunón, al lograr a la mujer amada o, ¿quién sabe?, al asistir al entierro de su jefe. En cambio, no hay segundo que pase sin matar a una persona, sin destrozar una existencia, sin sumir en el dolor a alguien que cree que nunca más podrá ya concebir esperanzas. Siempre ha sido así, y siempre será así. Naturalmente el Oeste, tierra de contrastes, no iba constituir una excepción. Y así, mientras en Tucson había un hombre que se disponía a pasarlo muy bien, en Phoenix había dos que se disponían a pasarlo muy mal.
Description:
Sí, amigo, ya se sabe que en este perro mundo, mientras unos se ríen, otros se están muriendo. Nunca suena para todos la misma música. En el momento en que usted pasea sus ojos por esta página, hay quien realiza el ideal de su vida al conseguir un fortunón, al lograr a la mujer amada o, ¿quién sabe?, al asistir al entierro de su jefe. En cambio, no hay segundo que pase sin matar a una persona, sin destrozar una existencia, sin sumir en el dolor a alguien que cree que nunca más podrá ya concebir esperanzas. Siempre ha sido así, y siempre será así. Naturalmente el Oeste, tierra de contrastes, no iba constituir una excepción. Y así, mientras en Tucson había un hombre que se disponía a pasarlo muy bien, en Phoenix había dos que se disponían a pasarlo muy mal.