—Todos los hombres son iguales —dijo la hermosa mujer lentamente—. Ya lo enseña bien claramente el refrán: «El mejor, muerto». Confías en ellos, les dedicas tu vida, les entregas lo mejor que tú tienes y luego te abandonan, te dejan sola para siempre. Debes aprender la lección, hija mía. No confíes jamás en un hombre porque nosotras valemos cien veces más que ellos. La muchachita, que tenía el sombrero en la mano, susurró: —Sí… Sí, señora.
Description:
—Todos los hombres son iguales —dijo la hermosa mujer lentamente—. Ya lo enseña bien claramente el refrán: «El mejor, muerto». Confías en ellos, les dedicas tu vida, les entregas lo mejor que tú tienes y luego te abandonan, te dejan sola para siempre. Debes aprender la lección, hija mía. No confíes jamás en un hombre porque nosotras valemos cien veces más que ellos. La muchachita, que tenía el sombrero en la mano, susurró: —Sí… Sí, señora.