El rancho consistía en un terreno inmenso, donde pastaban más de diez mil cabezas. Había cuatro edificios en su parte central, uno de ellos verdaderamente lujoso, de estilo virginiano, pintado de blanco y con magníficos apliques dorados en ventanas y puertas. Diríase que, en lugar de ser la residencia de un ranchero, aquélla era la casa de vacaciones del presidente de Estados Unidos. Un camino llevaba desde el rancho a la pequeña población de Wolson, camino estrictamente particular, por el que no se permitía el paso más que a las gentes del rancho, y era liso, amplio y magnífico, excepto en un punto: la zona en que atravesaba los montes Laramie. Allí el camino se estrechaba, se hacía angosto y difícil durante media milla, al atravesar una profunda garganta abierta entre los montes.
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El rancho consistía en un terreno inmenso, donde pastaban más de diez mil cabezas. Había cuatro edificios en su parte central, uno de ellos verdaderamente lujoso, de estilo virginiano, pintado de blanco y con magníficos apliques dorados en ventanas y puertas. Diríase que, en lugar de ser la residencia de un ranchero, aquélla era la casa de vacaciones del presidente de Estados Unidos. Un camino llevaba desde el rancho a la pequeña población de Wolson, camino estrictamente particular, por el que no se permitía el paso más que a las gentes del rancho, y era liso, amplio y magnífico, excepto en un punto: la zona en que atravesaba los montes Laramie. Allí el camino se estrechaba, se hacía angosto y difícil durante media milla, al atravesar una profunda garganta abierta entre los montes.