Abajo estaba la calle, a cuatrocientos metros de distancia. Detrás, la policía, pisándole los talones. Dan Clover tenía motivos para eludir todo diálogo con la policía de Yar-Elh. En Yar-Elh, la libertad era absoluta, a condición de que no se quebrantasen las leyes, tal vez peregrinas y extrañas para un terrestre, pero no por ello con menos fuerza de obligar. La policía de Yar-Elh no se metía con uno si se portaba bien. En Yar-Elh se podían hacer cosas prohibidas en la inmensa mayoría de los planetas. Pero cuando se quebrantaba una ley yar-elhiana, la policía actuaba con absoluta implacabilidad para el delincuente, indígena o foráneo.
Description:
Abajo estaba la calle, a cuatrocientos metros de distancia. Detrás, la policía, pisándole los talones. Dan Clover tenía motivos para eludir todo diálogo con la policía de Yar-Elh. En Yar-Elh, la libertad era absoluta, a condición de que no se quebrantasen las leyes, tal vez peregrinas y extrañas para un terrestre, pero no por ello con menos fuerza de obligar. La policía de Yar-Elh no se metía con uno si se portaba bien. En Yar-Elh se podían hacer cosas prohibidas en la inmensa mayoría de los planetas. Pero cuando se quebrantaba una ley yar-elhiana, la policía actuaba con absoluta implacabilidad para el delincuente, indígena o foráneo.