Vesta Deluca se movía en la pecera del «Edén» con suaves y lánguidos movimientos encaminados a subrayar los naturales atractivos de su largo cuerpo tostado, envuelto sólo por las ondas verdosas del agua que chocaba contra la pared de cristal a cada una de sus flexiones. Era un espectáculo fascinante. Lloyd Elliot, sentado a una mesa próxima a la pecera, no dejaba de advertir la tensión existente en la sala del club nocturno. En las mesas, las parejas tenían la mirada clavada en el vidrio de la gran pecera, iluminada por una luz espectral que daba misteriosos matices al cuerpo de Vesta.
Description:
Vesta Deluca se movía en la pecera del «Edén» con suaves y lánguidos movimientos encaminados a subrayar los naturales atractivos de su largo cuerpo tostado, envuelto sólo por las ondas verdosas del agua que chocaba contra la pared de cristal a cada una de sus flexiones. Era un espectáculo fascinante. Lloyd Elliot, sentado a una mesa próxima a la pecera, no dejaba de advertir la tensión existente en la sala del club nocturno. En las mesas, las parejas tenían la mirada clavada en el vidrio de la gran pecera, iluminada por una luz espectral que daba misteriosos matices al cuerpo de Vesta.