Las dos horas de descanso transcurrieron en seguida, poniéndose en pie, perezosamente, todos los conductores. Los gritos de éstos pusieron al ganado en movimiento, levantándose una gran nube de polvo que, a pesar de llevar los rostros cubiertos con pañuelos, se filtraba a través de los mismos, causando verdaderas molestias en las gargantas de aquellos hombres. Cary Killdeer galopaba muy distanciado de la manada, llegando varias horas antes a Abilene.
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Las dos horas de descanso transcurrieron en seguida, poniéndose en pie, perezosamente, todos los conductores. Los gritos de éstos pusieron al ganado en movimiento, levantándose una gran nube de polvo que, a pesar de llevar los rostros cubiertos con pañuelos, se filtraba a través de los mismos, causando verdaderas molestias en las gargantas de aquellos hombres. Cary Killdeer galopaba muy distanciado de la manada, llegando varias horas antes a Abilene.