Ni el alcaide ni el jefe de celadores discutieron con sus esposas. El día señalado para la pelea, marcharon a almorzar al pueblo inmediato. La pelea se iba a celebrar por la tarde, en ese domingo. Permitieron que cocineros, panaderos y todos los servicios presenciaran la pelea, aunque Donald estaba diciendo que no merecía la pena tantas molestias, ya que no pasaría de cinco minutos los que su contrincante pudiera resistir.
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Ni el alcaide ni el jefe de celadores discutieron con sus esposas. El día señalado para la pelea, marcharon a almorzar al pueblo inmediato. La pelea se iba a celebrar por la tarde, en ese domingo. Permitieron que cocineros, panaderos y todos los servicios presenciaran la pelea, aunque Donald estaba diciendo que no merecía la pena tantas molestias, ya que no pasaría de cinco minutos los que su contrincante pudiera resistir.