EXISTEN aún en la Unión testigos presenciales de aquella llamada y Gran Tormenta que a principios del año 1886 azotó las Grandes Llanuras, barriendo entre turbonadas de nieve y hielo al ganado y al cow-boy. Los ojos de muchos habitantes de los dos Dakota, Minnesota, Nebraska, Kansas e Iowa, se achican con frecuencia y, mirando hacia Poniente, aquella meta de las lentas naves de las praderas, parece que ven la marcha constante hacia el sur de los vehículos, ganado y jinetes empujados por la ola de nieve y frío más intensa que conocieron los colonizadores en un siglo por lo menos.
Description:
EXISTEN aún en la Unión testigos presenciales de aquella llamada y Gran Tormenta que a principios del año 1886 azotó las Grandes Llanuras, barriendo entre turbonadas de nieve y hielo al ganado y al cow-boy. Los ojos de muchos habitantes de los dos Dakota, Minnesota, Nebraska, Kansas e Iowa, se achican con frecuencia y, mirando hacia Poniente, aquella meta de las lentas naves de las praderas, parece que ven la marcha constante hacia el sur de los vehículos, ganado y jinetes empujados por la ola de nieve y frío más intensa que conocieron los colonizadores en un siglo por lo menos.