A medida que llegaban los vaqueros cerca de donde estaba el carro cocina, se dejaban caer en el suelo boca arriba. Estaban francamente cansados. El trabajo de buscar las reses jóvenes y arrearlas hasta la zona de marcaje, era agotador. Los terneros corrían siempre haciendo cabriolas y sin seguir una línea recta. Lo que obligaba a carear también a las madres, que era a las que seguían con bastante docilidad. Y según iban llegando pedían comida al cocinero, que no les hacía caso. —¡No insistáis! —gritó—. Hasta que estéis todos no hay comida. He tocado la campana, así que es necesario venir.
Description:
A medida que llegaban los vaqueros cerca de donde estaba el carro cocina, se dejaban caer en el suelo boca arriba. Estaban francamente cansados. El trabajo de buscar las reses jóvenes y arrearlas hasta la zona de marcaje, era agotador. Los terneros corrían siempre haciendo cabriolas y sin seguir una línea recta. Lo que obligaba a carear también a las madres, que era a las que seguían con bastante docilidad. Y según iban llegando pedían comida al cocinero, que no les hacía caso. —¡No insistáis! —gritó—. Hasta que estéis todos no hay comida. He tocado la campana, así que es necesario venir.