LA llegada de los coches ante la residencia hacía recordar a muchos testigos de ese espectáculo las fiestas de antaño en las mansiones que aún se conservaban aunque no con el boato que entonces tenían. Desde luego, hacía tiempo que no se veía reunión tan numerosa de vehículos ante la residencia del Gobernador. El matrimonio y la hija, Gaby, recibían a los invitados con amables sonrisas.
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LA llegada de los coches ante la residencia hacía recordar a muchos testigos de ese espectáculo las fiestas de antaño en las mansiones que aún se conservaban aunque no con el boato que entonces tenían. Desde luego, hacía tiempo que no se veía reunión tan numerosa de vehículos ante la residencia del Gobernador. El matrimonio y la hija, Gaby, recibían a los invitados con amables sonrisas.