La amistad entre el novelista Alex Young, especializado en temas de lo que se ha dado en llamar fantasía espacial, y el profesor Warner se había iniciado dos años antes, cuando el joven escritor había visitado al ilustre hombre de ciencia para solicitar de él ciertos datos que necesitaba para una de sus producciones literarias. Alex Young, pese a no tener en aquellos momentos ninguna novela entre manos que precisara la valiosa ayuda del profesor, se había reunido con su amigo para celebrar la fiesta de fin de año.