Simone miró a su compañero de viaje. Había dicho llamarse Roger Lebrun. En realidad, sólo hacía dos minutos que había empezado a hablar con ella porque él pasó la mayor parte del vuelo durmiendo, pero al despertarse se había mostrado como un gran parlanchín. Roger Lebrun vivía en París y era propietario de una fábrica para accesorios de automóviles. Aquel viaje a Jamaica era una parte de su periplo por América del Sur. Iba a colocar su mercancía. Simone observó la cabeza de Lebrun. Era calvo y tenía una cara simpática, un poco picaresca. Seguro que haría buenos negocios en aquel viaje. Daba la impresión de ser uno de esos hombres que no consentiría ser engañado.
Description:
Simone miró a su compañero de viaje. Había dicho llamarse Roger Lebrun. En realidad, sólo hacía dos minutos que había empezado a hablar con ella porque él pasó la mayor parte del vuelo durmiendo, pero al despertarse se había mostrado como un gran parlanchín. Roger Lebrun vivía en París y era propietario de una fábrica para accesorios de automóviles. Aquel viaje a Jamaica era una parte de su periplo por América del Sur. Iba a colocar su mercancía. Simone observó la cabeza de Lebrun. Era calvo y tenía una cara simpática, un poco picaresca. Seguro que haría buenos negocios en aquel viaje. Daba la impresión de ser uno de esos hombres que no consentiría ser engañado.