Era mi quinceavo día de estancia en el hospital. Esta vez me habían llevado allí para desalojarme la bala que un bastardo me había metido en la pantorrilla. Un año atrás, fueron dos costillas rotas. En el verano de 1957, una clavícula hecha puré... Sí, yo era un buen cliente de aquel hospital.
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Era mi quinceavo día de estancia en el hospital. Esta vez me habían llevado allí para desalojarme la bala que un bastardo me había metido en la pantorrilla. Un año atrás, fueron dos costillas rotas. En el verano de 1957, una clavícula hecha puré... Sí, yo era un buen cliente de aquel hospital.