El tableteo de los disparos de rifle y pistola formó un coro de estampidos que amenazaba taladrar los tímpanos. Alan Stone, sheriff de Buma City, de cincuenta años, gateó por detrás de las cajas de embalaje con el rifle en la mano y gritó a voz en cuello para hacerse oír por encima de las detonaciones: —¡Tirad contra las dos ventanas de en medio, maldita sea! ¡Y que nadie sea tan estúpido de asomar la cabeza…! Quiso agregar algo más, pero otra serie de estruendos le dejó con la palabra en la boca. Entonces escupió un juramento y entró a cuatro patas en el bar de Sammy.
Description:
El tableteo de los disparos de rifle y pistola formó un coro de estampidos que amenazaba taladrar los tímpanos. Alan Stone, sheriff de Buma City, de cincuenta años, gateó por detrás de las cajas de embalaje con el rifle en la mano y gritó a voz en cuello para hacerse oír por encima de las detonaciones: —¡Tirad contra las dos ventanas de en medio, maldita sea! ¡Y que nadie sea tan estúpido de asomar la cabeza…! Quiso agregar algo más, pero otra serie de estruendos le dejó con la palabra en la boca. Entonces escupió un juramento y entró a cuatro patas en el bar de Sammy.