Valeria ha perdido a su prometido. Se siente perdida y necesita alejarse. Además, lleva varios meses bloqueada con su novela. Para encontrar la inspiración y volver a encontrarse a sí misma, decide viajar a la otra punta del mundo, Hawái. Pero nada será como pensaba, la primera noche presenciará un asesinato en la puerta de su hotel, lo que la llevará a una situación surrealista. De repente, se convertirá en testigo y sospechosa.

Jack, capitán de la unidad especial de Hawái, y su equipo, acuden a una llamada de socorro en una zona apartada de Honolulú, cuando llegan, no se esperan encontrar con aquel escenario. Jack, acostumbrado a tratar con criminales, y a vivir como un kamikaze, interroga a la sospechosa. Algo le dice que es inocente, y sin pensarlo demasiado le ofrece dos salidas: pasar al programa de protección de testigos y desaparecer para sus seres queridos, o irse a vivir con él, donde estará a salvo.

Esa decisión tomada sin pensar acarreará discusiones, tensiones y miradas furtivas con su equipo, pero, sobre todo, llevará a Valeria y a Jack a conocerse a sí mismos y a descubrir que sus corazones se necesitan.