A mi propio juicio, la cosa empezó de una manera descabellada, estúpida si se quiere. Con un cadáver, y con la petición de una morena, de dieciocho años, que, según ella, tenía miedo, aunque yo lo dudaba y, aún ahora, después de cierto tiempo, sigo dudándolo todavía. Claro que la muchacha no se presentó hasta mucho más tarde... Bien, pero, dejemos esto aparte, y vamos al grano como suele decirse. Tengo mi agencia en el número 607 de Madison Avenue y mi apartamiento en el 9.009 de Fullerton.
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A mi propio juicio, la cosa empezó de una manera descabellada, estúpida si se quiere. Con un cadáver, y con la petición de una morena, de dieciocho años, que, según ella, tenía miedo, aunque yo lo dudaba y, aún ahora, después de cierto tiempo, sigo dudándolo todavía. Claro que la muchacha no se presentó hasta mucho más tarde... Bien, pero, dejemos esto aparte, y vamos al grano como suele decirse. Tengo mi agencia en el número 607 de Madison Avenue y mi apartamiento en el 9.009 de Fullerton.