A Edwin Colnart le parecía que estaba viviendo una pesadilla. Continuamente se repetía una y otra vez que no era posible, que no podía ser, que era imposible que le sucediera a él... pero todo resultaba real y desagradablemente cierto. Estaba despierto. Y le juzgaban por homicidio. —¡Pero si yo no quería matarlo! —exclamó de repente, sin darse cuenta de que expresaba sus pensamientos en voz alta. Su exclamación interrumpió la poco convincente perorata del abogado defensor, quien, convencido de antemano de la culpabilidad de su cliente, se limitaba a pronunciar un discurso retórico, en el que había mucha paja y apenas grano.
Description:
A Edwin Colnart le parecía que estaba viviendo una pesadilla. Continuamente se repetía una y otra vez que no era posible, que no podía ser, que era imposible que le sucediera a él... pero todo resultaba real y desagradablemente cierto. Estaba despierto. Y le juzgaban por homicidio. —¡Pero si yo no quería matarlo! —exclamó de repente, sin darse cuenta de que expresaba sus pensamientos en voz alta. Su exclamación interrumpió la poco convincente perorata del abogado defensor, quien, convencido de antemano de la culpabilidad de su cliente, se limitaba a pronunciar un discurso retórico, en el que había mucha paja y apenas grano.