Todas mis sospechas se confirmaron cuando un día vino a mi casa a contarme el sueño que había tenido conmigo, donde las dos nos besábamos profusamente, donde nos tocábamos recostadas en mi cama, donde yo la desnudaba sin los pudores de la amistad diaria y hacíamos el amor como si fuera asunto de hace mucho. Creo que en ese momento debí besarla; creo también que ella lo esperaba.
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Todas mis sospechas se confirmaron cuando un día vino a mi casa a contarme el sueño que había tenido conmigo, donde las dos nos besábamos profusamente, donde nos tocábamos recostadas en mi cama, donde yo la desnudaba sin los pudores de la amistad diaria y hacíamos el amor como si fuera asunto de hace mucho. Creo que en ese momento debí besarla; creo también que ella lo esperaba.