Al pie de la magnífica estatua de la Justicia, que junto a la Fuerza y a la Inspiración alegorizan los elementos de la civilización humana en la plaza de Ambriorix, en Bruselas, Fred Hasting fumaba sin cesar, contemplando las aguas que, viniendo de lo alto de la colina en que se asienta el barrio residencial de Schaerbeek, afloraban en aquel punto en que se interrumpía la bóveda, para caer en sucesivas, rugientes y espumosas cascadas hasta las balsas de Marie Louise.
Description:
Al pie de la magnífica estatua de la Justicia, que junto a la Fuerza y a la Inspiración alegorizan los elementos de la civilización humana en la plaza de Ambriorix, en Bruselas, Fred Hasting fumaba sin cesar, contemplando las aguas que, viniendo de lo alto de la colina en que se asienta el barrio residencial de Schaerbeek, afloraban en aquel punto en que se interrumpía la bóveda, para caer en sucesivas, rugientes y espumosas cascadas hasta las balsas de Marie Louise.