A quel hombre había permanecido varios minutos de vigilancia. Se encontraba entre el cementerio de la Santa Cruz, y Darley Park, al norte de Baltimore. Se había agazapado entre unos setos vivos, y dividía su vigilancia entre la furgoneta que tenía apenas a diez pasos de distancia, y el cementerio. Había visto claramente que la furgoneta estaba vacía. No obstante la más estricta prudencia aconsejaba asegurarse de cualquier movimiento, antes de llegar a realizarlo.