La austriaca Ingeborg Bachmann (Klagenfurt, Carintia 1926 – Roma 1973) destacó como poeta, ensayista y narradora (su novela «Malina» fue pronto traducida a numerosos idiomas). Su breve pero intensa obra poética estaba compuesta hasta ahora por los libros «El tiempo postergado» (Die gestundete Zeit, 1953), «Invocación a la Osa Mayor» (Anrufung der Grossen Bären, 1956) y un grupo de «Últimos poemas» recogidos en sus «Obras completas» en 1978. Pero el año 2000 se publicó en Múnich «No sé de ningún mundo mejor» (Ich weiß keine bessere Welt), una importante colección de textos que se habían mantenido inéditos por decisión de la familia, dado su carácter de inconclusos, pero que finalmente fueron dados a la luz teniendo en cuenta que su autora, aun sin haberlos corregido y revisado, no los destruyó, como hizo con otros borradores. Como escriben sus hermanos en el prólogo: «En estos versos las palabras hermosas han dejado su lugar al espanto, al dolor, a la cercanía de la muerte. Expresan el luto por la poesía perdida y los sufrimientos de los seres, siendo, al mismo tiempo, una crítica implacable de la sociedad».
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La austriaca Ingeborg Bachmann (Klagenfurt, Carintia 1926 – Roma 1973) destacó como poeta, ensayista y narradora (su novela «Malina» fue pronto traducida a numerosos idiomas). Su breve pero intensa obra poética estaba compuesta hasta ahora por los libros «El tiempo postergado» (Die gestundete Zeit, 1953), «Invocación a la Osa Mayor» (Anrufung der Grossen Bären, 1956) y un grupo de «Últimos poemas» recogidos en sus «Obras completas» en 1978. Pero el año 2000 se publicó en Múnich «No sé de ningún mundo mejor» (Ich weiß keine bessere Welt), una importante colección de textos que se habían mantenido inéditos por decisión de la familia, dado su carácter de inconclusos, pero que finalmente fueron dados a la luz teniendo en cuenta que su autora, aun sin haberlos corregido y revisado, no los destruyó, como hizo con otros borradores. Como escriben sus hermanos en el prólogo: «En estos versos las palabras hermosas han dejado su lugar al espanto, al dolor, a la cercanía de la muerte. Expresan el luto por la poesía perdida y los sufrimientos de los seres, siendo, al mismo tiempo, una crítica implacable de la sociedad».