Dalilah vivía entre sábanas de seda. Oro. Lujos. Y todo tipo de atenciones. Y un candado ante su puerta. Barrotes en su ventana. Todo cambió 1 día antes de su boda. Escapó a la fuerza. O mejor dicho… Se la llevaron. La secuestraron. El mejor soldado de su padre, el Rey. Arthur era un hombre devoto. A su Rey… pero antes a su Princesa. Y no podía verla casado con otro. Atrapada en un matrimonio vacío. La salvó de un matrimonio de conveniencia. La llevó en brazos. Y escaparon juntos. Pero aún quedaba la prueba más difícil. Ganar su cuerpo. Y su corazón.