Los dos chiquillos de Carson City, capital de Nevada, se miraron con desafío. Los dos eran rubios, pero la tonalidad del rubio germano y la del rubio eslavo son muy diferentes. El primero es más vivo, mientras que el segundo es más desvaído, más ceniciento. Lo mismo ocurría con el color de los ojos del hijo de alemanes y el del hijo de polacos; aunque ambos eran azules. Es sabido que el color azul de la pupila alemana en general es más intenso e igualmente más vivo que el de la pupila polaca. Karl Doenitz era muy alto, recto como un pino. Nicolaw Nicolaw era mucho más voluminoso que su rival, pero no tan alto. Los dos eran valientes y, por lo visto, aquella vez iba a haber una nueva confrontación entre ellos. ¿Qué motivaría la de aquel día, como no fuese la rivalidad ancestral entre los descendientes de los moradores de las llanuras germanas y eslavas?
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Los dos chiquillos de Carson City, capital de Nevada, se miraron con desafío. Los dos eran rubios, pero la tonalidad del rubio germano y la del rubio eslavo son muy diferentes. El primero es más vivo, mientras que el segundo es más desvaído, más ceniciento. Lo mismo ocurría con el color de los ojos del hijo de alemanes y el del hijo de polacos; aunque ambos eran azules. Es sabido que el color azul de la pupila alemana en general es más intenso e igualmente más vivo que el de la pupila polaca. Karl Doenitz era muy alto, recto como un pino. Nicolaw Nicolaw era mucho más voluminoso que su rival, pero no tan alto. Los dos eran valientes y, por lo visto, aquella vez iba a haber una nueva confrontación entre ellos. ¿Qué motivaría la de aquel día, como no fuese la rivalidad ancestral entre los descendientes de los moradores de las llanuras germanas y eslavas?