Hacía calor, mucho calor en aquel país centroamericano. Las aspas de un ventilador giraban cansinas colgadas del techo de la habitación. Todo allí inspiraba pereza, sensación de bochorno. Desde su habitación del Grant Hotel, Spencer, un estadounidense cuarentón, de ojos inquietos, muy ágiles, de aspecto general casi anodino, pues semejaba un turista sin excesivos problemas económicos, miró por el amplio ventanal siempre abierto.
Description:
Hacía calor, mucho calor en aquel país centroamericano. Las aspas de un ventilador giraban cansinas colgadas del techo de la habitación. Todo allí inspiraba pereza, sensación de bochorno. Desde su habitación del Grant Hotel, Spencer, un estadounidense cuarentón, de ojos inquietos, muy ágiles, de aspecto general casi anodino, pues semejaba un turista sin excesivos problemas económicos, miró por el amplio ventanal siempre abierto.