El coche, grande, negro, serio, cubierto de polvo, se detuvo delante de la estación de policía, y tres hombres se apearon inmediatamente, uno del asiento delantero y dos del trasero. Se reunieron delante de la puerta, fueron hacia allí, y los dos más jóvenes cedieron el paso al de más edad. Cuando entraron, un policía se les acercó, pero el de más edad, no le dio siquiera tiempo a preguntar nada. Colocó ante sus ojos el estuche de piel, con la tarjeta y la placa, y ya no fueron necesarias más explicaciones. Señaló una puerta, fue hacia allí, la abrió, y dejó pasar a los tres hombres, siempre el mayor delante. En el despacho policial, el hombre que estaba sentado a la mesa los miró vivamente, se puso en pie, salió de detrás de la mesa y se acercó, tendiendo la diestra.
Description:
El coche, grande, negro, serio, cubierto de polvo, se detuvo delante de la estación de policía, y tres hombres se apearon inmediatamente, uno del asiento delantero y dos del trasero. Se reunieron delante de la puerta, fueron hacia allí, y los dos más jóvenes cedieron el paso al de más edad. Cuando entraron, un policía se les acercó, pero el de más edad, no le dio siquiera tiempo a preguntar nada. Colocó ante sus ojos el estuche de piel, con la tarjeta y la placa, y ya no fueron necesarias más explicaciones. Señaló una puerta, fue hacia allí, la abrió, y dejó pasar a los tres hombres, siempre el mayor delante. En el despacho policial, el hombre que estaba sentado a la mesa los miró vivamente, se puso en pie, salió de detrás de la mesa y se acercó, tendiendo la diestra.