Ramsey Lorigan acabó de deslizar la afiladísima cuchilla de afeitar hasta la punta de su mentón, refunfuñó algo, detuvo la marcha del pequeño magnetófono a cassettes, y salió del cuarto de baño, en calzoncillos y con media cara llena de jabón, pero siempre absolutamente impresionante debido a la pasmosa masa muscular que vibraba en todo su cuerpo al menor movimiento. Al pasar por la pequeña salita de su apartamento dirigió una hosca mirada al pequeño reloj de pared que simulaba la rueda de gobierno del timón de un barco. Caracoles, eran sólo las siete y cuarto de la mañana.
Description:
Ramsey Lorigan acabó de deslizar la afiladísima cuchilla de afeitar hasta la punta de su mentón, refunfuñó algo, detuvo la marcha del pequeño magnetófono a cassettes, y salió del cuarto de baño, en calzoncillos y con media cara llena de jabón, pero siempre absolutamente impresionante debido a la pasmosa masa muscular que vibraba en todo su cuerpo al menor movimiento. Al pasar por la pequeña salita de su apartamento dirigió una hosca mirada al pequeño reloj de pared que simulaba la rueda de gobierno del timón de un barco. Caracoles, eran sólo las siete y cuarto de la mañana.