Todos los pensionistas de la señora Panchita quedaron consternados con la noticia que corrió de mesa en mesa a la hora de la comida: Osvaldo Bermúdez iba a tener que cerrar su boliche, que explotaba desde hacía tantísimo tiempo. Los nuevos propietarios de la casa, una ratonera donde el boliche obstruía casi toda la entrada, pensaban demolerla para construir un edificio de muchos pisos, y como Osvaldo no tenía papeles no iba a poder reclamar ni un centavo de indemnización.
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Todos los pensionistas de la señora Panchita quedaron consternados con la noticia que corrió de mesa en mesa a la hora de la comida: Osvaldo Bermúdez iba a tener que cerrar su boliche, que explotaba desde hacía tantísimo tiempo. Los nuevos propietarios de la casa, una ratonera donde el boliche obstruía casi toda la entrada, pensaban demolerla para construir un edificio de muchos pisos, y como Osvaldo no tenía papeles no iba a poder reclamar ni un centavo de indemnización.