Con la camisa remangada, amplios círculos oscuros en las axilas y algunos cabellos que también el sudor había pegado a su frente, el cigarrillo entre los labios y los ojos entornados, Leo Poole echó una furibunda mirada al papel que salía de la máquina, para leer la media docena de líneas que había conseguido escribir. «Seguimos sin noticias de la «Star of the World», pero sabemos que la astronave salió de Marte hace tres semanas y que, normalmente,