El jinete negro entró en Abilene tan despacio que el caballo más parecía arrastrarse que andar. La gente le miró al principio, porque todo su atuendo era negro, desde el sombrero de alas estrechas hasta las botas de media caña. Incluso el cinto canana y las fundas de los dos revólveres «44» eran de cuero negro finamente labrado por algún buen artesano mexicano.
Description:
El jinete negro entró en Abilene tan despacio que el caballo más parecía arrastrarse que andar. La gente le miró al principio, porque todo su atuendo era negro, desde el sombrero de alas estrechas hasta las botas de media caña. Incluso el cinto canana y las fundas de los dos revólveres «44» eran de cuero negro finamente labrado por algún buen artesano mexicano.