—Mire, nena —dijo el teniente Riley—, vamos a ver si no nos amontonamos. Dice usted que ese hombre le ha dicho que o le entrega usted mil dólares o se va a ver en dificultades, ¿no es así? —Creí que estaban ustedes tomando nota de lo que yo decía —respondió la muchacha. Tenía el gesto adusto, y apenas se había pintado, pero ello no bastaba para ocultar la perfección de las líneas de su rostro y de su cuerpo. El teniente Riley, que tenía cierta fama, en el cuerpo de policía, de conocedor de mujeres, lo había observado ya: —Bueno, es lo que le digo, nena, ¿no? Que no nos amontonemos. —Sólo uno de los dos se amontona. Usted. —Bueno, bueno, vamos a ver si aclaramos un poco el asunto. ¿Cuáles son las dificultades en que se puede usted ver metida, si no le da a ese tipo los mil dólares?
Description:
—Mire, nena —dijo el teniente Riley—, vamos a ver si no nos amontonamos. Dice usted que ese hombre le ha dicho que o le entrega usted mil dólares o se va a ver en dificultades, ¿no es así? —Creí que estaban ustedes tomando nota de lo que yo decía —respondió la muchacha. Tenía el gesto adusto, y apenas se había pintado, pero ello no bastaba para ocultar la perfección de las líneas de su rostro y de su cuerpo. El teniente Riley, que tenía cierta fama, en el cuerpo de policía, de conocedor de mujeres, lo había observado ya: —Bueno, es lo que le digo, nena, ¿no? Que no nos amontonemos. —Sólo uno de los dos se amontona. Usted. —Bueno, bueno, vamos a ver si aclaramos un poco el asunto. ¿Cuáles son las dificultades en que se puede usted ver metida, si no le da a ese tipo los mil dólares?