Durante diez minutos la mujer no se atrevió a respirar siquiera. Estudiaba, con temor, todos los cambios de fisonomía de su esposo y, cada vez que éste la miraba, se encogía otra vez, como si hubiera recibido un latigazo. Conocía por experiencia los accesos de cólera de Kenneth Clarkson y no ignoraba que cualquier movimiento, cualquier gesto, podría provocar un estallido que adquiriría caracteres homicidas.
Description:
Durante diez minutos la mujer no se atrevió a respirar siquiera. Estudiaba, con temor, todos los cambios de fisonomía de su esposo y, cada vez que éste la miraba, se encogía otra vez, como si hubiera recibido un latigazo. Conocía por experiencia los accesos de cólera de Kenneth Clarkson y no ignoraba que cualquier movimiento, cualquier gesto, podría provocar un estallido que adquiriría caracteres homicidas.