Salió, apresuradamente, de la biblioteca, donde habían estado celebrando el conciliábulo y, momentos más tarde, abandonaba Druid’s Hollow en el cochecito de dos plazas. Sonrió torvamente cuando, al salir a la avenida de Pensilvania vio en el espejo retrovisor que otro coche viajaba detrás del suyo y a corta distancia. Los hombres de Iblis, por lo visto, tenían la orden de no perderle de vista un solo instante.
Description:
Salió, apresuradamente, de la biblioteca, donde habían estado celebrando el conciliábulo y, momentos más tarde, abandonaba Druid’s Hollow en el cochecito de dos plazas. Sonrió torvamente cuando, al salir a la avenida de Pensilvania vio en el espejo retrovisor que otro coche viajaba detrás del suyo y a corta distancia. Los hombres de Iblis, por lo visto, tenían la orden de no perderle de vista un solo instante.