Tras una semana trabajando en San Petersburgo junto a su jefe, Lucía está hecha un lío.

Su cabeza es una maraña de sentimientos. Pasión, culpa, amor, deseo.

Debe mantener el secreto que juró a su jefe Carlos en Rusia. Un secreto que siente que poco a poco, la va consumiendo.

Su futuro laboral depende de una importante decisión. El corazón contra la razón enfrentados una vez más.

Para complicar las cosas, su compañera de trabajo Sonsoles se cruza en su vida y termina de ponerla patas arriba.

Abre su mente a nuevas ideas y experiencias. Pone de manifiesto verdades como puños.

¿Será capaz de poner “su cabecita en orden” como le dice Sonsoles, o se verá consumida por el deseo y la culpa?