Mike Trevor contempló embelesado la manada de pura sangre cercada en el patio de la estación. Para ayudarle a llevar la manada a su rancho de Star Dust le habían acompañado Bill Bender y Ark Hadlan. Este último emitió un silbido admirativo antes de manifestar:—¡Muchacho, vaya prendas! Valen hasta el último centavo que empleaste en comprarlos, Mike.—Tú lo has dicho, Ark. Metí en esta carne hasta mi último centavo, y no me duele. Dentro de un par de años, me producirán el cien por uno.
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Mike Trevor contempló embelesado la manada de pura sangre cercada en el patio de la estación. Para ayudarle a llevar la manada a su rancho de Star Dust le habían acompañado Bill Bender y Ark Hadlan. Este último emitió un silbido admirativo antes de manifestar:—¡Muchacho, vaya prendas! Valen hasta el último centavo que empleaste en comprarlos, Mike.—Tú lo has dicho, Ark. Metí en esta carne hasta mi último centavo, y no me duele. Dentro de un par de años, me producirán el cien por uno.