Rocky Spada repiqueteaba con los recios dedos sobre el cristal de la ventana. El ancho rostro de toscas facciones tenía ahora la huraña expresión que había sido la habitual en Rocco Spadaro, el camionero siciliano. Veinte años en los Estados Unidos y la colaboración de sastres, masajistas y un secretario particular, no lograban borrar la íntima naturaleza rebelde, de terco luchador. En la suntuosa biblioteca, los estantes alineaban volúmenes lujosamente encuadernados. Los compraba por metros y colores. Seguían intactos y vírgenes.
Description:
Rocky Spada repiqueteaba con los recios dedos sobre el cristal de la ventana. El ancho rostro de toscas facciones tenía ahora la huraña expresión que había sido la habitual en Rocco Spadaro, el camionero siciliano. Veinte años en los Estados Unidos y la colaboración de sastres, masajistas y un secretario particular, no lograban borrar la íntima naturaleza rebelde, de terco luchador. En la suntuosa biblioteca, los estantes alineaban volúmenes lujosamente encuadernados. Los compraba por metros y colores. Seguían intactos y vírgenes.