Los buitres dejaron de picotear la reseca piel y las entrañas putrefactas de los restos de aquel cornilargo, no lejos de la vía férrea. Remontaron el vuelo, airados, lanzando graznidos bajo el sol ardiente, cuando trepidó el suelo y allá, en la distancia, silbó la locomotora ruidosamente. Un penacho de humo blanco y gris flotó sobre el desierto, cuando la máquina asomó entre dos largas mesas rojizas, al fondo del desolado paraje.
Description:
Los buitres dejaron de picotear la reseca piel y las entrañas putrefactas de los restos de aquel cornilargo, no lejos de la vía férrea. Remontaron el vuelo, airados, lanzando graznidos bajo el sol ardiente, cuando trepidó el suelo y allá, en la distancia, silbó la locomotora ruidosamente. Un penacho de humo blanco y gris flotó sobre el desierto, cuando la máquina asomó entre dos largas mesas rojizas, al fondo del desolado paraje.