Eusebio Tejero movió, sonriente, la cabeza. Acercándose a Luz y cogiendo sus manos, dijo: —¿No me pidas nunca perdón por nada. Servirte es mi mayor placer. Mi mejor alegría. Lo que me duele es que no acudas más veces a mí. Sin retirar sus manos de entre las de Eusebio, la joven viuda replicó: —Si los servicios que me prestas te produjesen algún beneficio, me costaría menos llamarte a mí lado.
Description:
Eusebio Tejero movió, sonriente, la cabeza. Acercándose a Luz y cogiendo sus manos, dijo: —¿No me pidas nunca perdón por nada. Servirte es mi mayor placer. Mi mejor alegría. Lo que me duele es que no acudas más veces a mí. Sin retirar sus manos de entre las de Eusebio, la joven viuda replicó: —Si los servicios que me prestas te produjesen algún beneficio, me costaría menos llamarte a mí lado.