No siempre lo que nos depara el destino es lo que esperábamos o necesitábamos. Aurelia tenía muy claro en su mente lo que quería para su vida y, aunque todo salió mal, no pensaba amedrentarse. Era una Hellmoore y actuaría en consecuencia. Solía ocultar muy bien sus temores y debilidades y no iba a ceder ante ellos. George no estaba dispuesto a dejar escapar su futuro por el dolor de los recuerdos del pasado. Construiría una nueva vida para su familia donde solo existiría la felicidad, al menos, eso era lo que esperaba cuando recayó sobre él la responsabilidad y título del condado. Sabía que no tenía nada en común con sus antecesores y esperaba que esa fuera la llave que abriera un nuevo camino para su gente. Quería a su lado a la condesa perfecta a fin de lograr sus propósitos, y esperaba encontrarla.
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No siempre lo que nos depara el destino es lo que esperábamos o necesitábamos. Aurelia tenía muy claro en su mente lo que quería para su vida y, aunque todo salió mal, no pensaba amedrentarse. Era una Hellmoore y actuaría en consecuencia. Solía ocultar muy bien sus temores y debilidades y no iba a ceder ante ellos. George no estaba dispuesto a dejar escapar su futuro por el dolor de los recuerdos del pasado. Construiría una nueva vida para su familia donde solo existiría la felicidad, al menos, eso era lo que esperaba cuando recayó sobre él la responsabilidad y título del condado. Sabía que no tenía nada en común con sus antecesores y esperaba que esa fuera la llave que abriera un nuevo camino para su gente. Quería a su lado a la condesa perfecta a fin de lograr sus propósitos, y esperaba encontrarla.