Era un Homo Faber, pero no lo sabía.
O no se lo habían dicho. O nadie hablaba de ello. O ni él mismo quería saberlo.
Nombre: Rickett Mitchens. Edad, 31 años. Soltero. Pelo castaño. Ojos marrones. 1,84 m de estatura.
Profesión: Supervisor de 10.º categoría. Lugar de empleo: Fábrica número 75.093.
Domicilio: Avenida 619, 25.442, 63- planta, vivienda 87.
Éstos eran los datos personales más sobresalientes del Homo Faber. De un ejemplar cualquiera entre cientos de millones más como él.
Trabajo, comida, descanso, recreo, descanso, trabajo...
El Homo Faber no pensaba. Ningún Homo Faber pensaba.
Hubo un tiempo en que estaba prohibido pensar. La prohibición continuaba en vigor, pero nadie sentía interés en quebrantarla.
¿Para qué? Primero era preciso pensar y, si no se pensaba, ¿cómo se podía razonar para quebrantar lo prohibido?
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Era un Homo Faber, pero no lo sabía. O no se lo habían dicho. O nadie hablaba de ello. O ni él mismo quería saberlo. Nombre: Rickett Mitchens. Edad, 31 años. Soltero. Pelo castaño. Ojos marrones. 1,84 m de estatura. Profesión: Supervisor de 10.º categoría. Lugar de empleo: Fábrica número 75.093. Domicilio: Avenida 619, 25.442, 63- planta, vivienda 87. Éstos eran los datos personales más sobresalientes del Homo Faber. De un ejemplar cualquiera entre cientos de millones más como él. Trabajo, comida, descanso, recreo, descanso, trabajo... El Homo Faber no pensaba. Ningún Homo Faber pensaba. Hubo un tiempo en que estaba prohibido pensar. La prohibición continuaba en vigor, pero nadie sentía interés en quebrantarla. ¿Para qué? Primero era preciso pensar y, si no se pensaba, ¿cómo se podía razonar para quebrantar lo prohibido?