Stewart Garfield, propietario del hotel-saloon, estaba apoyado en el quicio de la puerta de su local, contemplando a los que iban acudiendo a la iglesia que, como paradoja, estaba al otro lado de la plaza y frente por frente. Junto a Stewart estaba Letta, la animadora del saloon y a la que todos en la población estimaban de veras. Incluso las esposas de los clientes solían saludar a Letta con agrado.
Description:
Stewart Garfield, propietario del hotel-saloon, estaba apoyado en el quicio de la puerta de su local, contemplando a los que iban acudiendo a la iglesia que, como paradoja, estaba al otro lado de la plaza y frente por frente. Junto a Stewart estaba Letta, la animadora del saloon y a la que todos en la población estimaban de veras. Incluso las esposas de los clientes solían saludar a Letta con agrado.